19 noviembre 2006
al mismísimo infierno
Que abran corredores
para que las madres
podamos entrar...
a por nuestros hijos*
Aunque sea de rodillas
entraremos en procesión
al mismísimo infierno
de balas y cuchillos.
Aún descalzas,
sobre cristales de metralla;
aún desnudas
con el vientre hinchado...
sacaremos con las uñas
y a golpes de corazón
de las sepulturas de misiles
a nuestros hijos.
Y nuestro silencio,
de martirio sin nombre,
será el grito de Dios
sobre los asesinos.
*Le oí decir a una de las madres que, en la más insoportable de las incertidumbres y sin poder volver, pedía que la ONU interviniese en Libano para que, tanto ella como otras, pudieran ir a buscar a sus hijos de entre los tanques y los muros de muerte.
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1 comentario:
Para las que somos madres primerizas el texto nos remueve las entrañas, ojalá al mundo no se le olvide la importancia de cada ser humano.
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