08 marzo 2007

¿Qué nos pasa?


¿Qué nos pasa? ¿Por qué estamos tragando con ruedas de molino y, sin embargo, colando mosquitos? Comulgamos con la aplastante lógica de nuestra sociedad, sin confrontarnos con ella. Ahora bien, seguimos con el discursito de la significatividad y la visibilidad.
¿Qué nos pasa que ya ni los tres votos-heridas nos impulsan con libertad y atrevimiento a las fronteras del dolor y la injusticia con radicalidad, aquí y ahora? Nuestras instituciones engullen compañeros con más pena que gloria; con “más de lo mismo”. Eso sí, tras 15 años de formación. Nosotros, “maestros del discernimiento” pactamos una y otra vez con la acomodación. Ni discernimos nosotros ni discernimos en comunidad, esto se lo dejamos a los que acompañamos. Hasta el testimonio de los “santos” (quienes cunplen con arrojo la voluntad de Dios) nos incomoda. Estamos vacunados contra todo y contra todos porque “esto es lo que hay”.
Hermanitos (con cariño y sin guasa), ¿por qué no nos terminamos de creer que es necesario que el grano de trigo muera...? ¿O esta expresión ya la hemos oído tanto, que ya no dice nada? Lo diré de otra manera: ¿por qué no rompemos con “lo dado” y nos preguntamos qué pelotas quiere Dios de nosotros en esta selva de asfalto y hormigón? Lo nuestro no es sólo hacer lo que se pueda sin casarnos. Así no puedo.
Ojalá jamás nos encontremos lo suficientemente cómodos como para poder con ello... Me temo que de ser así, habremos muerto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece un texto duro pero muy acertado. A mí me cuestiona bastante...y me enciende la vocación y las ganas de darme entero...gracias, Miguel