23 junio 2007

Compañeros

El amor a la Compañía se hace carne en el cariño a los compañeros. Cuando un amigo deja la Compañía, algo por dentro se rompe. Cuando son más, el terremoto pone todo los anclajes alerta. Es un choque interno de energías muy poderosas. Es la rabia por la separación y la alegría de los mejores deseos; el misterio inabarcable de llamadas que no entiendo y libertades valientes. Es el que os vaya bonito y el que será ahora sin vosotros; son los nuevos horizontes que se os abren y el renovar la fidelidad a la promesa propia; el que nada va a cambiar cuando todo será distinto. Son los sueños soñados juntos que quedan por cumplir y la historia de amistad que continúa. El caminar juntos desde la distancia.
Lo que seguro que el Mismo que nos llamó nos acompaña a cada uno de nosotros todos los días de nuestra viada.
Os voy a echar de menos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto en todo estas líneas, he sentido y vivido lo mismo. Soy sacerdote diocesano y me ha tocado ver dejar el ministerio a mi compañero de ordenación, ambos de una pequeña diócesis de América Latina, compañeros desde adolescentes en la parroquia… y también lo he vivido con un hermano y compañero de estudios en el Seminario y más tarde en Roma. Yo sé que no es fácil para nadie, ni para el que deja ni para los que nos quedamos. El que deja, un día no quiso dejar… “el amor, si es amor, es eterno”. Pero al mismo tiempo es verdad esa experiencia que Jorge Drexler la canta tan bien: “el velo semitransparente del desasosiego / un día se vino a instalar entre el mundo y mis ojos / yo estaba empeñado en no ver lo que ví, pero a veces / la vida es más compleja de lo que parece”. Los que quedamos tenemos que ser testigos de que “vale la pena” a pesar de todo y sostener a los que también quieren dejar. Todos vivimos el desasosiego en algún momento, unos tenemos la gracia de superarlo por integración y otros por ruptura… es un misterio que no puedo explicar y que duele (“no estoy quejándome, soy jardinero de mis dilemas”… ¡de nuevo Drexler!). De todos modos les agradezco a estos compañeros, porque sin querer me hicieron probar de nuevo esa Presencia que habita en lo profundo, que a veces descuido, y que me compromete a vivir en plenitud lo que soy. Le pido a Dios que ellos hagan lo mismo.

Defri dijo...

Hay textos en este blog realmente bonitos, un abrazo

eloi dijo...

Hola Javi, soy eloi, de la tarraconense, si te interesa estamos montando un encuentro de blogs cristianos en Cataluña (por si os animás):
http://elblocdeleloi.blogspot.com/2007/06/preparant-la-primera-trobada-de.html