
No os voy a engañar, el avión salía a las seis de la mañana y en pleno junio decidimos irnos a tomar unas cervecitas a las fiestas de chueca, antes de embarcar. Un último paseo por el Madrid más des-castizo, colorido, metrosexual… avecinaba un poco la experiencia tan profunda de sentirte en un mundo vitalmente ajeno con el que deseas relacionarte e involucrarte, pero tan distinto… al que no me sentía capaz de abrir la puerta y meterme. Entrar, creo puede llevar meses e incluso años… hambre, injusticia, violencia, guerras, enfermedad, pobreza… son palabras que fácilmente utilizamos… para criticarlas o incluso para justificar nuestras ideologías. La realidad es que cuando estas ante ellas, mi boca interior cayó, mis ideologías se apagaron y todo mi ser se sintió desnudo… como si gritaran tu secreto más profundo y lo publicaran en uno de esos periódicos locales que no muchos leen pero que llegan a todos los oídos.
Continuará…
2 comentarios:
Gongolo!!!!
Por aquí todavía te recordamos mucho.
Un abrazo
¡¡¡Qué bueno seguir escuchando tus historias, Maestro...!!!
Un abrazo enorme para toda esta buena gente.
Seguid dándonos de pensar a los que de vez en cuando pasamos por aquí.
E. Menchaca
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