24 abril 2007

Recordando África 2


Dos meses y medio en Liberia (África), dan para muy poco… pero os aseguro que da tiempo a pasarlas putas, a disfrutar y a abrir los poros de tu tacto, de tu olfato, de tu gusto, de tu mirada… a un mundo acojonantemente nuevo. Velas, cubos de agua, mosquiteras, medicamentos, son paradójicamente cotidianidades ajenas en tu mundo vecino. Que contrasta fuertemente con esos todoterrenos, que quizá sueñas en el mundo de donde vienes pero que aquí se convierten en indispensables para trabajar.

Un país arrasado por la guerra, una guerra ajena, lejana, constante… una paz ajena, lejana, constante, habita la esperanza de sus sueños más profundos. Josephine ha conseguido algo de material para reconstruir su casa… quemada por la guerra, pero no pone bloques de cemento en sus paredes, prefiere poner, después de quince años de guerra y tres de paz forzada, barro de su tierra que sabe la protege de las balas. Dieciocho mil cascos azules la guardan en una paz forzada, pero su tierra la acompaña y no se irá cuando se acaben los plazos, los planes, los dineros… Por fin puede pintar sus paredes de colores, de vida, de alegría… esta lloviendo, la decimos que no es el momento… pero ella quiere, necesita, como el pueblo, mostrar su esperanza.

POST ESCRITO POR DAVID SAIZ CAMARERO SJ

1 comentario:

Josep dijo...

Buenas perrazo!
Da gusto ver que uno no es el único que tiene la cabeza en Liberia. Que sepas que estaré controlando qué dices aquí, para que no sueltes ninguna trola. Vagi bé,

Josep Barba